El juego en Walter Benjamin

En «Calle de dirección única» Walter Benjamin escribió que los niños “se sienten irresistiblemente atraídos por los desechos provenientes de la construcción, jardinería, labores domésticas y de la costura o la carpintería. En los productos residuales reconocen el rostro que el mundo de los objetos les vuelve precisamente, y sólo, a ellos. Los utilizan no tanto para reproducir las obras de los adultos, como para relacionar entre sí, de manera nueva y caprichosa,materiales de muy diverso tipo, gracias a lo que con ellos elaboran en sus juegos” 
Nowadays, the toy industry embraced the imaginative activity to themselves and offers children ‘ready-made toys’. In a moment of play, a piece of wood could turn into a cart, an ambulance, a fire truck, an airplane etc., but the cart purchased in the store, which has been painted fireman red, with a water hose etc., strongly appeals to for a conventional use of the toy and ends up hindering the imagination. The ‘ready-made toy’ does not serve the play and, along with the world of television, computer, media, which invade with their pictures and speeches all the spaces we inhabit, acts as an intruder, stifling creativity. Today’s children yearn ardently to consume toys, and oftentimes keep them away, without playing much. They love, oftentimes, videogames; and continue to enjoy playing with sand, water, balls, among others, that have crowded for centuries the plays of children of all ages.(«The play and the invention of the world in Walter Benjamin and Donald Winnicott», Marie Claire Sekkel).
Hoy en día la industria se ha apropiado de la acitividad imaginativa para fabricar sus productos y ofrece a los niños y niñas «juguetes prefabricados». En un momento del juego, un pedazo de madera se puede convertir en un coche, una ambulancia, un camión de bomberos, un avión, etc…, pero el camión que se compra en la tienda, pintado de rojo chillón con su manguera exige un uso convencional predeterminado del juguete y termina por bloquear la imaginación. El juguete prefabricado, no sirve para el juego, y junto con el mundo de la televisión, los ordenadores y las pantallas invade con sus imágenes y discursos el espacio que habitamos, actúa como un intruso, sofocando la creatividad.
Los niños y niñas de hoy en día ansían consumir juguetes, y a menudo los tienen guardados sin llegar a jugar mucho con ellos. Adoran a menudo los videojuegos aunque continúan disfrutando de jugar con arena, agua o balones, entre otros objetos que han servido de juego durante todos los tiempos».  

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