Ana Gabriel y la cocrianza

“Si pudiera formar parte de un grupo que decide tener hijos en común y en colectivo, me satisfaría la idea”. Con esta frase, la diputada de la CUP Anna Gabriel se refiere al concepto que tiene del término familia en una entrevista para Cataluña Radio de la que se ha publicado un breve extracto y en la que se muestra a favor de que los niños sean educados «por la tribu«. La idea de la cocrianza tal y como expresó ayer Ana Gabriel avanza en el modelo antipatriarcal y pone sobre la mesa otra de las críticas que se hacen al modelo del homeschool en familia nuclear que se está dando hoy en día.

En esta frase está condensada la crítica en su globalidad:

 La visión de la parlamentaria de la formación anticapitalista se sustenta en que, a su juicio, el modelo de familia nuclear es “muy pobre y enriquece poco”. “Me parece que tiende a convertir a la gente que tiene hijos en muy conservadora porque, como quieres lo mejor para los tuyos y los tuyos son muy pocos, se entra en una lógica a veces perversa”, indicó. (El País, 12 de mayo 2016).

El argumento se asemeja al que publiqué hace unos meses cuando al reflejar algunos de los principios de la vida paleo, entraba en el problema actual de la familia nuclear: La vida paleo y el antipatriarcalismo. El tema me parece apasionante porque va un paso más allá de la crítica que se dirige a la familia nuclear desde una perspectiva feminista y anticapitalista de izquierdas que es por ello antipatriarcalista. Es este el concepto que une a ambos puntos de vista: de un lado el patriarcalismo como la organización social jerárquica y autoritaria  desde la perspectiva de  género y, por otro, el capital entendido como la organización social basada en la propiedad privada, que es la base de la familia occidental como titular de un patrimonio impermeable y aislado de los demás. La base del razonamiento más lejana está en el apasionante estudio de Marx y Engeles «El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado».

Por otro lado, abundando en su argumentación, Gabriel considera que las personas que deciden tener hijos “en familia” tienden a convertirse en “más conservadoras” y que, por extensión, así educarán a sus hijos. “Aunque tú quieras lo mejor para ellos, se entra en una lógica perversa”, opina, dejando claro que la idea de una familia convencional “es pobre” y que “enriquece muy poco” y aboga, “como en otras muchas culturas” por criar a los hijos junto a otras personas que convivan en el mismo espacio, ya que el concepto de maternidad y de paternidad “no está individualizado” como en los países desarrollados. “No se centran en un núcleo pequeño como una familia nuclear”, apunta sobre la idea de una pareja con uno o varios hijos. “La idea es que tú eduques en la tribu”.

Lo que nos lleva al clásico principio según el que para educar un niño o niña es necesaria un tribu, y cómo no, al enorme trabajo de Casilda Rodrigáñez que junto con Ana Cachafeiro fue la fundadora de la Asociación Antipatriarcal (actualmente tiene una página en FB https://www.facebook.com/asociacionantipatriarcal.alladodelosninos/).

Xavier Alà en su blog Educación en familia , dedicó una entrada a esta asociación en la que perfila eu origen

«Corrían los 90 y al amparo de grupos de Euskadi y Madrid, y en menor medida, de Barcelona, nacidos en general de ámbitos libertarios, de lo que ahora se conoce como de crianza natural, pedagogía alternativa, movimiento desescolarizador, parto en casa, lactancia materna, colecho, no vacunación…, surgió este colectivo. Qué quieren que les diga… En aquella época yo me atrevo a afirmar que el personal se movía más, parecía que el horizonte del 2000 prometía un futuro que más tarde se vio que todavía teníamos que acercar con más esfuerzo y ahínco… Y algunos estuvimos en varias de aquellas iniciativas (la Liga para la Libertad de Vacunación, las incipientes asociaciones alternativas de madres y padres, el movimiento en defensa del parto natural y en casa, las exploraciones de otras vías educativas no convencionales -los tanteos hacia el homeschooling, la creación de las escuelas libres, la posibilidad de incidir en el sistema…-, los grupos de apoyo a la lactancia materna, la «humanización» hospitalaria, las medicinas alternativas, el vegetarianismo…).
Y he aquí que esa asociación daba un paso más allá y se replanteaba, de forma radical, las relaciones entre niños y adultos (¿o acaso no es cierto que todo adulto no ha sido antes un niño…?): el cuestionamiento del edadismo, del autoritarismo, de la imposición escolar, del sexismo, de la (auto)represión de los sentimientos…»

Razones para reflexionar sobre el antipatriarcalismo, el feminismo y la tribu.

4 comentarios en “Ana Gabriel y la cocrianza

  1. Hola, Madalén: Leí lo de Ana Gabriel en un periódico digital, y la verdad es que sus palabras me dejaron muy tristes. ¿Cómo es posible que se desprecie a la familia nuclear de esa manera?
    En primer lugar, me gustaría aclarar que el término «capitalismo» tampoco me parece nada acertado para denominar ese sistema económico. El término acertado sería «libre mercado», o «mercantilismo»: Uno comercia con lo que tiene, como tú, Madalén, comercias con tus conocimientos de derecho, o como mi marido comercia con sus conocimientos técnicos. El término «capitalismo» es una palabra de origen totalmente marxista, y no todos somos de ideología marxista.
    En segundo lugar, y volviendo al tema de este post, me pregunto si Ana Gabriel ya tiene hijos. Las estadísticas confirman que no hay nada como la familia tradicional (papá y mamá casados y que viven juntos con sus hijos) para producir ciudadanos responsables. Por supuesto, existen muchas excepciones a este idea, pero los números confirman lo que acabo de decir.
    Cuando Brad Pitt y Angelina Jollie estaban aun solteros, sus hijos les pidieron que se casaran, pues los niños se daban cuenta de que no era lo mismo.
    El proverbio africano de que hace falta toda una aldea para criar a un niño solo funciona si todos los miembros de la aldea tienen los mismo valores. Eso es raro hoy en día. A HIllary Clilnton le gusta mencionar ese proverbio también. Pues con todos mis respetos a Hillary y a Ana Gabriiel, yo no quiero que mis vecinos crien a mis hijos, pues no todos ellos tienen mis mismo valores. Estoy encantada de ver cómo interactuan mis hijos con otras personas que pueden influir positivamente en su formación, pero no toda la «colectividad» lo haría. Por cierto, la «colectividad» también incluiría a los pederastas.
    Dios estableció 3 institutciones: familia, estado e iglesia (no me refiero a la Iglesia Católica sino al cuerpo de Cristo en general).
    Nuestra tarea como sociedad es trabajar de acuerdo con eso, no en contra. Arriba se menciona que la familia nuclear es típica de las sociedades civilizadas. Bueno, pues por algo será que esas sociedades han avanzado más que otras, ¿no?
    Cuantas más familias tradicionales, más saludable es la sociedad. En los grupos sociales en los que ésta falla hay multitud de problemas, Un ejemplo que todos conocemos: los afroamericanos en EE.UU., Canadá o Inglaterra. Contrariamente a lo que se piensa, el mayor enemigo que tiene este grupo no es el de policías blancos o individuos blancos en general, sino el de PADRES AUSENTES.
    Saludos.

    • Gracias por tu comentario Carolina. No tengo nada que objetar a lo que comentas, pero debo insistir en que el término capitalismo es perfectamente utilizable con respecto al sistema económico actual. Según la RAE capitalismo es: «Sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado». El proceso de privatización de los medios de producción es un dato importante añadido al de la libertad de mercado.
      Un abrazoi

      • Totalmente de acuerdo contigo, Madalén, en que el término capitalismo es de uso correcto. El problema es que tiene connotaciones negativas. Eso se todo.

  2. Se me olvidó añadir que la idea de entregarle los hijos a la colectividad no es nueva sino que viene de Platón (que era homesexual). Platón tenía la idea de que los hijos debían ser entregados para el bien social, y que lo mejor era que fueran educados colectivamente en instituciones. Luego estas ideas fueron retomadas por Marx como base para el comunismo.
    Estas ideas son totalmente antinaturales. Lo mejor para un niño es tener un papá y una mamá. Nada sustituye a eso.
    Los grupos sociales con menos cohesión familiar acaban teniendo un motón de problemas sociales (y valga la redundancia). En mi comentario anterior hablé de las poblaciones negras de algunos países. Podemos añadir algunos barrios de países de América Latina donde los padres brillan por su ausencia: están borrachos, se han ido de casa o le «han hecho hijos» a otra mujer y tienen, por tanto, 2 familias a las que mantener. Ante ese panorama poco avance social -o de ningún tipo- puede haber.
    Las familias fuertes (como la de Laura Ingalls) donde el papá, la mamá y los hijos trabajan codo con codo son las que ha formado la base para todo tipo de avances.
    La sociedad occidental actual tiene como agenda cargarse a la familia tradicional. Lo vamos a pagar muy caro. De hecho, ya lo estamos pagando.
    Los niños que pasan horas en la calle, sin nadie que se ocupe de ellos, son un ejemplo de niños criados por la «colectividad». Yo no quiero eso para mis hijos.
    Saludos.

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